domingo, 25 de septiembre de 2011

LAS LLAVES DEL REINO,

Las llaves del reino de los cielos son: sinceridad, más sinceridad, y más sinceridad.
Libro de Urantia. Pág.415


¿Como una sola virtud nos puede abrir las puertas del Reino? ¿Acaso no es más importante el conocer los atributos de Dios? o ¿dejarlo todo para seguir a Jesús como lo hicieron los apostóles? Al parecer nada de esto es más importante que la sinceridad que podamos albergar en nuestro corazón, porque no es sólo el LU que nos habla de ella ya que el Corán y la Sunnah hablan sobre la sinceridad y dicen: “la sinceridad es la base fundamental para el cultivo en el hombre de las virtudes y buenas cualidades contenidas en el Islam. Y todas las acciones están condicionadas por la sinceridad de la intención. Pues si ésta es sana, todas las acciones se convertirán en actos de adoración.” y la Torá “con su habitual sinceridad lacónica, nos relata como enfocarse en el bien en vez de lamentarse...”- “ La sinceridad es la rama del temor reverencial...”. Si las religiones le dan tanta importancia a la sinceridad, es porque es evidente que ella es el único escudo que nos puede librar del auto engaño, podemos engañar a los hombres, pero no podemos engañar a Dios, quien nos juzga no por lo que hacemos, sino por las intenciones que motivan nuestras obras. Jesús nos dijo: “Vosotros debéis juzgar a vuestros semejantes por sus acciones, el Padre celestial juzga por las intenciones. 1576" porque “el Dios del cielo ve tanto los motivos íntimos del alma así como vuestras pretensiones exteriores y vuestras manifestaciones de devoción”1826, porque lo importante no es tanto lo que hacemos, sino la intención y el grado de conciencia que ponemos en lo que hacemos.
Jesús dijo a los fariseos: ¡cuán cuidadosamente limpiáis lo de afuera de los vasos y de los platos, mientras que las vasijas del alimento espiritual están sucias e impuras.! Os aseguráis de presentar una apariencia piadosa y santa ante el pueblo, pero vuestra alma interior está llena de mojigatería, codicia, extorsión y todo tipo de maldad espiritual. ¿Acaso no comprendéis hombres necios que el Dios del cielo ve tanto los motivos íntimos del alma así como vuestras pretensiones exteriores y vuestras manifestaciones de devoción.? 1826. Jesús decía que a los fariseos les “falta la visión de conjunto, porque se cuelan el mosquito y se tragan el camello.1736" Creo que la gran mayoría de nosotros merecemos una reprimenda similar, porque no avalamos con nuestras obras lo que dicen nuestros labios, si así no fuese, el mundo sería algo muy diferente a lo que realmente es. Los templos pueden atiborrarse de gente pero ¿ cuántos de esos fieles viven las enseñanzas de Jesús en su vida cotidiana.? No podemos pretender ser sinceros con Dios y con los demás, si primero no lo somos con nosotros mismos, lo cual no es nada fácil, porque somos los reyes del autoengaño y además porque somos de tres maneras:como creemos que somos, como nos ven los demás y como realmente somos, por tanto para conocernos necesitamos aceptarnos con nuestras cualidades y también con nuestros defectos o carencias, para hacer fructificar las primeras y corregir las segundas
Ser sincero es ser congruente con nuestros actos, que ellos reflejen fielmente lo que afirman nuestros labios, ante Dios y ante los hombres, respetando nuestra palabra dada como algo sagrado. Ser sincero es evitar las ambivalencias y divisiones internas. Podemos cambiar nuestro juicios y creencias, pero siempre y cuando lo hagamos en forma consciente y no como una veleta movida por la opinión ajena o por el orgullo de creernos superiores a los demás, porque sabemos un poco más.
Los invito a un pequeño examen de conciencia para calibrar como anda nuestra sinceridad.
1.- Los pensamientos positivos y las decisiones que tomo en mis momentos de reflexión u oración ¿lo mantengo y les doy vida en mi quehacer cotidiano? ¿En forma concreta qué estoy haciendo para evolucionar? ¿Reconozco mis culpas, mis intransigencias? ¿Reconozco sin envidia las cualidades y los éxitos de los demás?
2.- La mentira es el antónimo de la sinceridad, por eso para darnos cuenta el grado de nuestra sinceridad, tal vez sea bueno preguntarnos: ¿Miento para quedar bien ante los demás.? ¿Vivo justificando mis actos en vez de reconocer mis errores.? ¿Soy superficial en momentos que debiera tomar decisiones en forma consciente.? ¿Confundo la sinceridad con la falta de tino y discreción .?
Este punto es digno de ser tomado muy en cuenta, porque muchas veces pretendiendo ser sinceros, herimos gratuitamente a los demás, olvidando que “la sinceridad cumple mejor su función cuando está unida a la discreción 1961" porque debería suponerse que “en la medida que crecéis en edad y os volvéis más expertos en los asuntos del reino, seréis más discretos en vuestro corazón, con los mortales fastidiosos y seréis más tolerantes en la convivencia con vuestros hermanos testarudos. El tacto es señal de poderío social y la tolerancia es la marca de un alma grande. Si poseéis estos raros y valiosos dones, a medida que pasan los días os volveréis más alertas y expertos en vuestros esfuerzos por evitar todo malentendido social innecesario. Estas almas sabias son capaces de evitar muchos de los problemas que atribulan a los que sufren por falta de ajuste emocional, a los que se niegan a madurar y a los que se niegan a envejecer.1740"
La sinceridad sin este tacto necesario para tratar a nuestros hermanos, se convierte en un arma destructora, si no se sabe dosificar según la capacidad de recibir del receptor. “Aunque estés efectivamente armado para encarar las situaciones difíciles de la vida, no puedes esperar mucho éxito, a menos que estés equipado de esa sabiduría de mente y encanto de personalidad que te permite ganar el apoyo y la cooperación sincera de tus semejantes. No puedes esperar éxito ni en el trabajo secular, ni en el trabajo espiritual, a menos que aprendas como persuadir a tus semejantes. Para convencer a los hombres, simplemente debes tener tacto y tolerancia.” 1774
La hipocresía también es contraria a la sinceridad, ella no es la mentira propiamente tal, sino más bien el engaño de decir con nuestros labios, lo que no está sintiendo nuestro corazón o cuando aparentamos ante los demás algo que sabemos que no somos, cuando actuamos sólo para mantener las apariencias. Jesús al respecto dijo: “Sois meticulosos en pagar el diezmo y ostentosos en dar limosna, pero a sabiendas rechazáis la palabra de Dios y negáis la revelación de su amor. Ay de todos los que desprecian la revelación del Padre mientras buscan los asientos principales en la sinagoga y anhelan el saludo halagador en el mercado. 1826" ¡Cuántas veces al día nos transformamos en fariseos, iguales a estos seres a quienes reprendía Jesús:?
Debemos reconocer que a nuestra fe, a nuestra espiritualidad le falta mucha honestidad para ser lo que el Señor espera de cada uno de nosotros, Jesús conocía nuestras debilidades humanas por eso nos exhortaba: “Evitad la deshonestidad y la injusticia en todos vuestros esfuerzos por predicar la verdad y proclamar el evangelio. No busquéis un reconocimiento no ganado y no anheléis una simpatía no merecida. Amad, recibid libremente de las fuentes divinas y humanas, sea cual fuese vuestro merecido y amad libremente en retribución. Pero en todas las otras cosas relacionadas con el honor y la adulación, buscad tan sólo lo que honestamente os pertenece. 1740"
Reflexionemos en estas líneas y trabajemos por ser cada día un poco más honestos en nuestros actos, no olvidemos que sin la llave de la sinceridad, no podremos entrar en el Reino.
yolanda silva solano

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