lunes, 1 de agosto de 2011

CONSTRUCCION DE LOS PLATILLOS VOLADORES... 12 de 21...

CONSTRUCCIÓN DE LOS PLATILLOS VOLADORES... 12 de 21...
EL NÚMERO VIVIENTE PARTICIPA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN PLATILLO VOLADOR.-
El número viviente en su decisión de participar en una creación, lo hace pensando en la divina grandeza de Dios; tal como lo hace un espíritu pensante; cuando se está en la divina presencia de Dios, el espíritu ya tenga forma humana ya sea número viviente, se olvida de todo; todos ven que en el Divino Padre Jehová, están todas las realizaciones que siente y desea llegar a ser una criatura; los seres pensantes en la divina presencia del Eterno, ven que la materia y el espíritu hacen todas las formas geométricas de vidas, que mente alguna pueda imaginar;
todos ven que materia y espíritu conversan y que hacen divinas alianzas, para conocer lo que no conocen; lo que a todos parecía imposible y a lo que jamás nunca pensaron, allí en la divina presencia de Dios, lo ven como una realidad infinita; el divino espectáculo de ver a Dios en gloria y majestad, deja en todos un eterno recuerdo que nadie olvidará jamás; es la divina magnetización o divino sello de Dios; es recibir un divino fluído de la misma divina causa, que creó todas las causas; el número viviente pierde amorosamente, toda noción de todo cálculo; se repliega a su propia inocencia numeral;
igual sensación vive el espíritu humano; cuando se está en la divina presencia de Dios, el magnetismo total del todo sobre el todo de sí mismo, reconoce a su Eterno Autor; y se cae en profundo sueño en que se ven divinas escenas, jamás vividas por nadie, del infinito universo; los sentimientos del todo sobre el todo, tratan de abandonar amorosamente al espíritu; la noción del tiempo a que estaban acostumbrados el espíritu y el número viviente, se repliega en su desarrollo expansivo; y toda vejez en la criatura, cesa en forma instantánea; y se empieza a vivir la eternidad; se vive eternamente niño;
el número viviente se llena de felicidad cuando siente que la alegría numeral lo invade; las transformaciones que se sienten a la divina presencia de Dios, no tienen límites; todo deseo sea cual fuere, se vuelve realidad; la infinita perfección de Dios, hace que ninguna señal de mando se vea; ni un microscópico gesto siquiera; porque lo invisible en Dios, se expresa en forma silenciosa; y todos los números vivientes están amorosamente glorificados en la infinita numeración del Divino Padre Jehová; y todos los espíritus pensantes igual; los números vivientes según sea la divina jerarquía a que pertenezcan, así es la sensación que sienten, en la divina presencia de Dios;
y en los platillos voladores, materia y espíritu hacen un todo de amor; el todo de amor, retorna a sensaciones que se tuvieron en otras exsistencias; y la beatitud se manifiesta en leyes más allá de los soles; el número viviente de un platillo volador, verá que de lejanas galaxias, otros Padres Solares Numerales, lo llaman en una lejanía inaudita; es la divina gloria del Divino Padre Jehová, que se expande abriendo inauditas moradas de eterna felicidad, que nadie hasta entonces, conocía en el reino de los cielos; son las divinas sorpresas que Dios dá al reino; sorpresas que serán comentadas por siempre jamás;
el número viviente en la divina gloria de Dios, reconoce el tiempo celestial del cual salió; igual sensación experimenta el espíritu; el tiempo a que se estaba acostumbrado a vivir, se repliega a su inocencia de tiempo; y lo hace traspasando todos los tiempos, correspondientes a todas las reencarnaciones que tuvieron el número viviente y el espíritu; a mayor número de reencarnaciones que se tuvo, mayores serán también las sensaciones gloriosas que se experimenta; la velocidad de las sensaciones y su grado de profundidad van en aumento, a medida que una sensación de reencarnación se acerca a otra;
el número viviente y el espíritu, experimentan el estar viviendo en cielos de inocencia; la sensación de lo desconocido hace que la molécula se fusionen con la virtud y con sus respectivos todos; el número viviente se siente tan inmenso como el macrocosmo mismo; y de verdad que no ha salido, dentro de los límites que tiene una molécula; lo vivido fué tiempos, espacios y sensaciones que vivirá en eternidades más adelante; que corresponderán a futuras exsistencias; el número viviente se identifica con tiempos y espacios que son resultados de sensaciones expandidas por cada una de sus moléculas numerales; en un platillo volador esta ley se siente geometrizada en platillo;
y estando en una nave materializada, siente y vé que ésta no tiene límite; la sensación que experimenta el número viviente, es la misma que experimenta un espíritu pensante, cuando contempla el universo infinito; siente el infinito relativo de la nave, y el infinito inmutable del universo; en la reencarnación en un platillo volador, el número viviente se impone pruebas numerales que incluyen el olvido de su propio origen numeral; las pruebas a que se somete un número viviente, incluyen divinos juicios finales numerales; en que el Divino Padre Jehová, se transforma en Divino Padre Jehová Numeral; porque nada es imposible para Dios; el Divino Padre Jehová no tiene límite alguno;
él está en todas las concepciones mentales; según el concepto que cada cual tiene de un mismo Dios nomás, así es la divina forma conque el Divino Padre se aparece a sus hijos; el Eterno no está sujeto a ninguna de las infinitas concepciones, que de las mentes de sus infinitos hijos nacen; esto enseña que toda creencia jamás nunca debió haber sido impuesta; ni en una molécula siquiera; los que impusieron a otros sus formas de fé, no entrarán al reino de los cielos; es más fácil que entre al reino, uno que tuvo la delicadeza de no imponer; ninguna llamada religión surgida durante la prueba de la vida, ninguna a entrado al reino de los cielos ni ninguna entrará;
el número viviente y el todo sobre el todo, entablan divinos y estremecedores juicios, contra quienes impusieron o persiguieron; la prueba de la vida consistía en hacerlo todo con amor; y si el mundo Tierra planeta de prueba de vida, tiene un divino juicio pendiente, es porque violó las leyes del amor, en su respectiva prueba planetaria; el número viviente de los platillos voladores, se une al clamor de justicia de los números vivientes del planeta Tierra; porque el todo sobre el todo, pidió a Dios la solidaridad en todo lo exsistente; esto significa que todo culpable por cuya causa surgió el extraño libertinaje con extraña división, los tales tienen que enfrentar la solidaridad universal, en el divino juicio de Dios; la solidaridad es del reino de los cielos;
la división y el libertinaje no son del reino de los cielos; son extraños al reino; y los autores de leyes que incluían costumbres extrañas, no vuelven a entrar al reino de los cielos; ni ellos ni sus imitadores; el que contribuyó con su manera de ser, a que la división se expandiera, cómplice es de los que no entran al reino de los cielos; la prueba de la vida consistía en no violar la ley de Dios, ni permitir que otros la violaran; el que fué indiferente para con las injusticias de su propio sistema de vida, no volverá a entrar al reino de los cielos; cuando estos extraños indiferentes pidan justicia al Hijo de Dios, también ellos encontrarán indiferencia;
porque por dejarse influenciar por la extraña sensación llamada indiferencia, en la prueba de la vida, serán ellos enjuiciados; porque por culpa de ellos, muchos fueron asesinados; los espíritus de los que fueron asesinados, durante la prueba de la vida, serán los primeros en resucitar de entre los muertos; y junto con acusar quienes fueron sus asesinos, incluirán también a los indiferentes; nadie pidió a Dios, ser indiferente para con el dolor y la injusticia que sobre otros se ensañaría en la prueba de la vida; el mundo de la prueba, mundo de carne mortal, presenciará que inmensos ejércitos de seres microscópicos, de todas las geometrías imaginables, invadirán la Tierra;
es una microscópica réplica de los ejércitos de Jehová; este inaudito ejército lo compone lo más microscópico que posee la materia hecha naturaleza planetaria; son los querubines del todo sobre el todo del planeta Tierra; y entre esta inaudita multitud estarán los querubines numerales; esto ocurrírá el año 2001; cuando el Divino Padre Jehová, decida abrir los cielos que rodean al planeta de prueba Tierra; y este divino hecho será llamado durante el milenio, la era de los cielos abiertos; otros le llamarán el llorar y crujir de dientes, de los que no creyeron en Dios; el número viviente en su divino juicio a otros, negará toda gloria numeral, a quienes negaron a su propio Creador, durante la prueba de la vida;
toda ofensa a Dios por microscópica que sea, afecta a todo el infinito; el universo viviente no es indiferente a ninguna de las violaciones hechas a la ley de Dios; ni una molécula escapa a esta infinita ley; el todo sobre el todo repercute hasta en lo más microscópico de lo que ocurre en el universo; el juicio final a este planeta de prueba, se hace con la gloria y majestad, propia de un Sol Primogénito; esto incluye ver los poderes inauditos del reino de los cielos; la presencia de los platillos voladores son uno de los infinitos poderes; el pavor de los del mundo de la vida de prueba, será inmenso;
tres cuartas partes de los creadores y sustentadores, del extraño y desconocido mundo surgido de las extrañas leyes del oro, se suicidarán durante el llorar y crujir de dientes; la extraña influencia salida del oro, no les dió la debida potencia de moral, para resistir el divino juicio de Dios; así comentarán los niños-genios del nuevo mundo; el número viviente cobrará a los que practicaron las llamadas cobranzas, en la prueba de la vida; todo cálculo mental que contenía astucia, tiene en el divino juicio final, descuento numeral; mientras mayor fué la cantidad de dinero, conque se creyó estar en lo correcto, mayor es también el juicio que se enfrenta;
proporción por proporción; sensación por sensación, intención por intención, idea por idea, molécula por molécula; y en todo estará el número viviente; lo estará en todo lo imaginable porque todo lo que imaginó el espíritu humano, dentro de su propio sistema de vida, absolutamente todo, conoció la extraña sensación de la división; la extraña psicología que el llamado capitalismo dió al mundo de la prueba, no fué una psicología, que excluyera la desigualdad; la ceguera de los creadores del extraño sistema de vida basado en el cálculo al oro, fué la de perpetuar la desigualdad, que ni ellos pidieron a otros; porque nada injusto ni nada desigual, se pide a Dios;
al Eterno siempre se le pide lo justo basado en la igualdad; el número viviente que también fué pedido por todos los espíritus humanos, cuando éstos pidieron la reencarnación, o el nacer de nuevo, para conocer vida nueva, lo hizo pidiendo la igualdad numérica; igual ley escogió el espíritu humano; pidió la igualdad idea por idea, molécula por molécula en su todo sobre el todo; nadie pidió para su prueba de vida, nada injusto ni nada desequilibrado; porque todos sabían que la única perfección que entraba al reino de los cielos, era la perfección que se apoyaba en la igualdad; todos sabían que la igualdad era la filosofía normal del reino de los cielos;
y todos sin excepción pidieron imitarla, en los lejanos planetas de prueba; el número viviente reclamará de los espíritus humanos, lo que por derecho divino le pertenece; este derecho fué hecho por alianza entre espíritu y materia; y escrito está en los libros solares del reino de los cielos; el número viviente al cobrar lo que le corresponde, hará que millones y millones de criaturas humanas lloren; porque el descuento de parte de los números vivientes, les achicará el fruto ganado durante la prueba de la vida; este fruto será llamado puntaje celestial; y corresponde a las obras buenas de todo espíritu, segundo por segundo;
el divino juicio de Dios, abarca todo lo imaginado por la criatura humana; desde lo más microscópico hasta lo colosal; desde la invisible idea hasta lo que pensó de los cuerpos colosales del universo; y en todo estará el número viviente; todo el mundo de la vida de prueba, a excepción de los niños hasta la edad de doce años, tendrán que calcular, todo cuanto hicieron en la vida; segundo por segundo; el esfuerzo que esto demanda, se tomará en cuenta en el propio arrepentimiento de todo espíritu culpable;
la televisión solar les ayudará en sus cálculos; en este libro de la vida, cada cual verá en todos los tamaños imaginables, sus propias actuaciones que tuvo en la prueba de la vida; lo que cada cual hizo durante la prueba de la vida, lo presenciará todo el mundo; esto se deberá a que nadie pidió a Dios, hacer nada oculto durante la prueba de la vida; el divino juicio final, respeta este pedido humano; y tampoco nada oculto juzjará; en medio de inauditas muchedumbres, los pecadores del mundo, deberán gritar sus pecados; porque así lo pidieron ellos en el reino de los cielos, y todo pedido se cumple hasta en su última molécula;
este pedido de parte de los espíritus que pidieron conocer la vida humana, porque no la conocían, fué escrito con la palabra que dice: Y HABRÁ UN DIVINO JUICIO POR SOBRE TODAS LAS COSAS IMAGINABLES; el número viviente provocará en todo espíritu, un llorar y crujir de dientes; porque el descuento que habrá, hace que nadie del mundo de la vida de prueba, nadie pueda entrar de nuevo, al reino de los cielos; es más fácil que entre al reino de los cielos, uno que ninguna molécula quitó a su inocencia; a que pueda entrar, uno que se la quitó; al reino del Padre se entra con la misma inocencia conque se salió;
la inocencia que cada uno tenía en el reino de los cielos, tenía un número viviente igualitario, sin desequilibrio; y sólo pensaba en una sola divina psicología, desconociendo el libertinaje; la prueba de la vida consistía en conservar la misma inocencia que se tenía en el reino de los cielos; las pruebas son las pruebas; los platillos voladores sabían de antes que nacieran los espíritus humanos, que éstos crearían en el lejano planeta polvo llamado Tierra, un extraño sistema de vida, que a todos desvirtuaría la inocencia; este drama no es único en el universo expansivo pensante; porque nadie es único; sólo Dios es único;
los planetas de vidas de prueba, son infinitos; así como en este mundo de prueba se creó un extraño y desconocido sistema de vida, que en sus extrañas leyes a todos confundió, al incluir a la desigualdad, también en otros se repitió el extraño drama; el número viviente a nadie reconocerá, si éste violó la ley del Padre en lo que pidió como una prueba; este no reconocimiento, incluye la no resurrección de sí mismo; se pierde la sublime oportunidad, de cambiar la carne mortal, por carne inmortal; porque el número viviente de la eternidad, participa en el divino proceso de la resurrección de los cuerpos de carne perecibles;
y todo número viviente leerá toda mente; todos los elementos de la naturaleza leerán las mentes; y cuando el número viviente al leer las mentes, de los que pidieron la prueba de la vida, vean en éstos no creyeron ni en sus propias resurrecciones, no los resucitarán; porque nada en divinos premios, se concede en contra la voluntad; en leyes divinas se respetan los deseos y creencias; más, se castiga la violación hecha bajo promesa, al Divino Padre Jehová; el que no creyó en su propia resurrección, no será resucitado a niño de doce años de edad; porque para recibir un premio, había que creer en el premio;
como todo lo imaginable habla delante de Dios, el premio habla y se expresa ante el Divino Padre, en sus leyes de premio; y todo premio se queja a Dios, cuando vé que fué despreciado sin una causa justa; si se mandó cultivar la fé en la prueba de la vida, se hizo con la divina intención, para que la criatura humana creyese en su premio, y recibiese de nuevo el magnetismo o saturación, que hace del viejo un niño; la prueba de la vida consistía en creer en todo lo imaginable; porque se había enseñado, que se procedía de un Dios, Padre y Creador infinito; por lo tanto nadie debió de dudar en la prueba de la vida, ni en una molécula siquiera;
porque hasta la molécula hablará en el divino juicio de Dios, en sus leyes de molécula; el número viviente y la molécula, serán las que más harán llorar a los que pidieron la prueba de la vida; porque el todo sobre el todo, está compuesto por ellos; no son los únicos; más, en todo y en todos están; el número viviente interviene en todo lo que hizo el espíritu humano, instante por instante; en toda costumbre está; acto por acto, el ser humano tendrá que tomarlo en cuenta, en el divino juicio que se avecina a este mundo de prueba;
en los platillos voladores se hacen los preparativos para la iniciación del divino juicio final; el ansiado y sublime momento, deseado por todo sufrido, se acerca; sólo los más influenciados por el extraño poder del oro, no piensan ni remotamente en lo que ellos mismos pidieron en el reino de los cielos; porque todo divino juicio se pide a Dios, tal como se pide la vida; este extraño olvido a un juicio que se pidió, los olvidadizos lo pagan segundo por segundo; porque ninguno pidió a Dios, olvidarlo en lo que se le pedía; todo el que se olvidó en la prueba de la vida, de que tenía un divino juicio pendiente, deberá sumar todos los segundos del tiempo que duró el olvido;
por cada segundo de extraño olvido, les corresponde volver a vivir, una existencia fuera del reino de los cielos; el número viviente está en cada segundo de olvido, hacia lo que se prometió no olvidar; el número viviente pedirá al Hijo Primogénito Solar Cristo, que todos los usureros, avaros, acaparadores, explotadores, sean declarados condenados, en el divino juicio final; la ira y el dolor serán inmensos en el número viviente, cuando vean que lo usaron para violar la ley de Dios; y esta misma actitud, tomará el todo sobre el todo, de todos; lo más microscópico de sí mismo, se regirá por la más elevada moral, que la mente pueda imaginar;
la misma elevadísima moral, que esta humanidad en vida de prueba pidió; esta moral estaba representada en los divinos mandamientos; todo mandamiento en cada planeta, cumple la divina misión de guiar a los que piden pruebas de vida; los divinos mandamientos se dan según el grado de evolución de las criaturas; según sus necesidades pedidas a Dios; el número viviente de los platillos voladores está también en los mandamientos vivientes; la palabra y el número forman una divina alianza de hechos y de cálculo; el todo sobre el todo están llenos de ella; el todo sobre el todo de la alianza palabra-número, posee una divina psicología en que su reino es la igualdad;
el libre albedrío humano no imitó tal psicología, cuando se decidió darse un sistema de vida, en la prueba de la vida; la prueba de la vida consistía en imitar hasta donde pudiera, la criatura humana, a las divinas enseñanzas, que les fueron dadas en el reino de los cielos; el número viviente y la palabra viviente de los divinos mandamientos, se regirán por la divina psicología igualitaria, para juzjar a la obra humana; toda obra humana que no fué proyectada con intención de igualdad, será llamada extraña obra; todo lo que no esté en armonía con el divino evangelio del Padre Jehová, será llamado extraño en los divinos acontecimientos del divino juicio final;
los creadores de todo lo extraño, que surgió durante la prueba de la vida, no volverán a entrar al reino de los cielos; en otras existencias hicieron lo mismo; en lejanos mundos en donde pidieron probar otras formas de vida, que no conocían, cayeron también; estas criaturas, por muchas exsistencias, no han vuelto a entrar al reino de los cielos; el número viviente y la palabra viviente juzjarán lo más microscópico que la mente humana pueda imaginar; hasta las ideas físicas serán juzjadas por ellas; durante el desarrollo del divino juicio final, el mundo verá a infinitas flotas de platillos voladores;
su divina presencia causará pánico en los que no creyeron en estas naves celestes; el que no creyó durante la prueba de la vida, tendrá un mayor llorar y crujir de dientes; porque cometió la extraña injusticia de negar lo que exsistía siempre; la más microscópica negación, es negarle poder a Dios; el número viviente de toda negación, es número de tinieblas; y todo el que negó en la prueba de la vida, dividió su número viviente de la luz, por el número viviente de las tinieblas; ninguna psicología pensante que sirvió a dos leyes diferentes, ninguna recibe premio de luz completo;
la psicología que sólo sirvió a la luz, es la única que recibe premio completo; esto se dice en el reino de los cielos: NO SE PUEDE SERVIR A DOS O MÁS SEÑORES; ni una molécula de las tinieblas, debió de conocerse en la prueba de la vida; porque tal molécula es llamada señor de las tinieblas; y la molécula dividiría a toda sensación mental, que sólo pidió servir al señor de la luz; el número viviente está en toda sensación por microscópica que ésta sea; el todo sobre el todo lo está; en los platillos voladores el todo sobre el todo se mimetiza y se transforma en brisa que todo lo penetra; esta ley de dimensión microscópica, hace que todo platillo volador penetre sin ser advertido;
ni los espíritus desencarnados los pueden ver; porque a ellos también los penetran; el número viviente también está en los espíritus que ya dejaron la prueba de la vida; es el número viviente espiritual que pertenecen al mismo espíritu; es su propia herencia solar; hay que distinguir la numeración viviente que el espíritu pidió conocer durante la prueba de la vida, y la numeración que por herencia de nacimiento le pertenece; igual ley se cumple en los platillos voladores; los Padres Solares poseen su propia numeración viviente solar; y van conociendo en sus infinitos viajes por el universo, nuevas y desconocidas matemáticas;
esto enseña que teniendo infinitas jerarquías el conocimiento, jamás se cesa de aprender; nadie conoce en el universo, el límite de la sabiduría; tal límite jamás ha exsistido ni jamás exsistirá; el número viviente al transformarse en lo microscópico, lo hace por conducto mental solar; la mente solar es llamada lumbrera solar en el reino de los cielos; y dentro de la molécula-número, ocurre un desarrollo semejante a lo que ocurre entre un sol y un planeta; las moléculas-números ven y sienten, tal como vé y siente una criatura humana en su respectiva dimensión; y no se dá cuenta que es microscópica;
tal como no se dá cuenta la criatura humana; esta sensación de no darse cuenta de que se es un microbio frente al infinito, se llama en el reino de los cielos, dimensión viviente en geometría normal; porque toda sensación es una geometría que ocupa un invisible espacio dentro de lo microscópico; el número viviente y la molécula viviente, están también en las sensaciones; el todo sobre el todo de cada sensación, posee número viviente de sensación; y toda división mental, cuando el espíritu conoce el libertinaje mental, sus sensaciones son invadidas por el extraño magnetismo del libertinaje;
la numeración viviente de la luz, siente que su dimensión es invadida por un algo desconocido; vé que las tinieblas lo oscurecen y vé alejarse la luz; vé extrañas escenas en su padre solar espíritu; porque las sensaciones de cada uno, pidieron divinas alianzas con el espíritu humano; lo pequeño mira como un gigante sol, a lo grande; tal como la criatura humana vé los gigantescos soles del universo; lo que se tiene dentro de sí mismo como sensación, cumple igual ley de lo que los ojos ven afuera; lo que ocurre en el interior, está ocurriendo afuera; esto es que lo de adentro es igual a lo de afuera; como lo de arriba es igual a lo de abajo;
lo viviente de la carne y el espíritu, son recíprocos; cambiando o variando las dimensiones; lo pequeño de sí mismo se manifiesta en lo grande; y entre lo pequeño y lo grande exsiste infinita continuidad de espacio, tiempo y filosofía, a través de los cordones solares; en los platillos voladores al recoger las ideas mentales de cada cual, lo hacen situándose en una dimensión, que es proporcional a las jerarquías de las naves celestes; lo invisible contiene planetas y naves como las contiene lo visible; cuando una idea entra en un platillo volador, lo hacen en sentido geométrico en libre albedrío expansivo;
es decir que las ideas mentales entran por cualquier molécula de la nave; la atracción entre idea y platillo volador, se hace en lo visible y lo invisible; el ojo humano no vería nada de esto; porque su visión es limitada; no penetra la molécula; el número viviente contenido en la idea, posee la influencia de la individualidad que lo generó; cada idea se siente atraída hacia otra idea; porque el magnetismo de una misma individualidad las une; esta ley constituye la familia de las ideas; si la individualidad pensante autora de sus ideas, no pensó durante la vida, en psicología de igualdad, sus propias ideas no entrarán al reino de los cielos;
porque todo espíritu pensante pidió a Dios y por sobre todas las cosas, vivir durante la prueba de la vida, en igualdad en todo; la igualdad fué lo único que pidió el espíritu humano, porque la divina igualdad es la única filosofía de amor del reino del Padre; nada desigual exsiste en el reino; y no exsistiendo nada desigual, es que nada injusto se pidió a Dios; ni en sí mismo ni para otros; al pedir la humanidad la igualdad, este pedido quedó escrito en el reino de los cielos; el libertinaje que no pidió, no está escrito; y lo que no está escrito en el reino de los cielos, no entra al reino;
es así que todas las ideas mentales que generaron los que vivieron en la extraña desigualdad, ninguna de ellas entra al reino de los cielos; he aquí el más grande drama de la criatura humana; porque no exsiste drama mayor, que el de ser responsable del vagar por eternidades, de su propia herencia mental; este drama fué anunciado al mundo de la prueba, como el llorar y crujir de dientes; y la microscópica idea tendrá que expandirse en infinito desarrollo de planeta, sin conocer la causa del reino de los cielos; el número viviente en esta ley de causa ignorada, empieza a vivir un drama buscando por eternidades la causa de su propio origen;
esta extraña herencia sin causa de origen, sus creadores lo pagan instante por instante, molécula por molécula; y los espíritus causantes de esta extraña tragedia, no entrarán al reino de los cielos, hasta haber pagado el último instante y la última molécula; esto es así porque la misma criatura humana pidió un divino juicio en que incluía el todo sobre el todo de sí mismo; pidió juicio por sobre todas las cosas imaginables; los juicios se piden y no se imponen en el reino de los cielos, tal como se pide conocer la vida en los lejanos planetas del universo;
el término: POR SOBRE TODAS LAS COSAS, pedido por esta humanidad, fué algo superior a las propias fuerzas, como para salir triunfante en la prueba de la vida; porque nadie de este mundo, a vuelto a entrar al reino de los cielos; porque no hay quien no haya violado la ley pedida, en tan sólo unas moléculas; la prueba de la vida consistía en no violar nada; el número viviente al saber que el espíritu violó la ley pedida a Dios, opta por retirarse en el destino del espíritu; en su libre albedrío numeral no quiere ser cómplice de una violación hecha al Eterno;
es la seguridad infinita que exsiste en todos y de conservar la inocencia como un algo propio; la divina moral de los números vivientes se resiente cuando el espíritu violó su propia moral; y ocurren en trillones y trillones de números vivientes, que forman parte del todo sobre el todo de cada uno, verdaderos dramas sentimentales; tal como los vive el espíritu pensante; lo que se expresa en la dimensión del espíritu, se expresa en su interior también, en microscópicas dimensiones en que sólo el espíritu siente y no vé; el número viviente en los platillos voladores vive igual drama sentimental, cuando los Padres Solares violan también la ley de Dios, en sus leyes solares;
lo de arriba es igual a lo de abajo; ocurren también violaciones de leyes en las jerarquías elevadas como igualmente ocurren en las jerarquías menores; y todos son juzgados ante el Eterno, en sus respectivas leyes; el número de juicios no tiene límites, es como el universo mismo; nada en la infinita creación de Dios lo tiene; el número viviente que deja a los que violaron la ley de Dios, forman infinitos ejércitos; esto ocurre con las moléculas, virtudes, sensaciones, ideas, poros, etc. del todo sobre el todo; el libre albedrío viviente se reconoce en lo que fué y en lo que será;
de aquí nace la historia de los espíritus abandonados por todos; y en este drama universal, que se expresa en infinitos confines del universo, no falta quienes se proponen no abandonar a los que violaron la ley; los tales terminan por aburrirse porque las glorias de los hijos de Dios, son microscópicas frente a la infinita gloria de Dios; esto es reconocer un error por falta de ciencia, para comprender lo de Dios; el aburrimiento de los que se propusieron no abandonar al que violó la ley de Dios, tiene por causa única no haber comprendido la propia causa de origen; el número viviente nace con inocencia tal como nace el espíritu humano;
el universo expansivo pensante es una sucesión eterna de inocencias, que piden a Dios, conocer lo que no conocen; el Divino Creador les ofrece todo un infinito que sólo él conoce en donde terminará; el número viviente participa en las determinaciones de todos; lo hace con amor infinito y numeral; tal como el espíritu debió de haber hecho las cosas en la prueba de la vida, con infinito amor humano; el amor se identifica y se expresa en lo que se es, y se siente, en el instante dado; el amor siendo universal posee también infinitas jerarquías; según el divino verbo que se posee, así es la divina jerarquía del amor;
a mayor poder de verbo, mayor es la identificación del amor con el universo; el amor egoísta se encierra dentro de sí mismo; esta clase de amor está aún ocupado en sus propias pasiones y no tiene poder de ciencia, para irradiar hacia los que les rodean; sienten sólo para si mismo y no planifica para otros; de aquí nace la extraña indiferencia hacia lo que podría estar sucediendo en otros remotísimos lugares del universo; hay que salir de sí mismo para comprenderlo; hay que vencer el extraño apego a lo efímero en costumbres, que hacen de la criatura un ser egoísta;
esto es dormirse en la prueba de la vida; y todo extraño dormir se descuenta por segundo y por molécula; porque el divino juicio que fué pedido a Dios, lo fué por segundos y por moléculas; esto significa que todo tiempo perdido en la prueba de la vida, tiene un descuento por segundos; y fué un infinito puntaje que se perdió el espíritu, con el cual podría haber entrado al reino de los cielos; toda pérdida de tiempo ocurrida en la vida de todo espíritu, que pidió la prueba de la vida, le trae un llorar y crujir de dientes; porque los tales despreciaron el puntaje de luz, que les daría el sublime derecho de ser resucitados a niños de doce años de edad;
porque todo premio salido de Dios, se dá tomando en cuenta el mérito salido del espíritu segundo por segundo; en todo instante la criatura humana se estuvo creando su propio destino, partiendo por lo más microscópico que tenía en sí mismo; por las ideas de una por una, de los segundos y de las moléculas; el número viviente participó también en la más microscópica unidad de tiempo y de hechos, que vivió el espíritu humano; en sus suspiros, pensamientos, sensaciones; el número viviente participó en todo lo que el espíritu vió y en lo que no vió pero que sintió; en lo conocido y en el recuerdo; el número viviente nace juntamente con el espíritu, cuando éste decide probar formas de vida que no conoce;
se impone también olvido de su propio pasado de su propio lugar de origen; es por esto que se dice que todo número viviente nace junto con el espíritu; el olvido de su pasado solar es un olvido pasajero; pues este olvido dura mientras dura la vida que pidió el espíritu conocer; las decisiones que toma el espíritu en su libre albedrío de espíritu, lo hace consultando con los que se van a unir a él, para conocer tal ó cual forma de vida; esto se llama divinas alianzas en el reino de los cielos; y fué anunciado al mundo de la vida de prueba como el arca de las alianzas; arca significa materialización de hechos por parte de los espíritus pensantes, en algún lugar del cosmos;
y el número viviente es requerido por el espíritu cuando necesita de las medidas de cálculo; en toda reencarnación fibra por fibra está el número viviente; desde que se nace hasta el día del divino juicio final; y cuando el espíritu humano decida conocer otra forma de vida, diferente a la vida humana, volverá a solicitar la alianza con el número viviente y con todos los futuros elementos, que compondrán la futura forma de vida; el número viviente al ser requerido por el espíritu, pide primero la debida y divina autorización a su divino Padre Celestial Numeral; elevadísima jerarquía solar, amorosamente subordinado al Divino Padre Jehová;
tal como el hombre que siendo hombre está bajo la divina potestad de Dios; lo de arriba es igual a lo de abajo; en infinitos lugares del universo ocurren hechos planetarios como los que ocurren en el planeta Tierra; creerse único en su respectivo planeta, es ponerle un extraño límite al poder de Dios; el divino poder de Dios que creó el universo, no está limitado a un sólo planeta; los que así pensaron en la prueba de la vida, cayeron en sus pruebas; la prueba de la vida consistía en no negarle a su propio Creador, ni una molécula de poder siquiera;
el número viviente hace la misma promesa al Eterno; las circunstancias se piden y los deseos se prometen; la prueba de la vida que todos pidieron, no incluía en rebajar en poder a Dios; porque todos sabían que negando a Dios en cualquier forma imaginable, no se volvía a verle; el magnetismo de la propia negación, desplaza al espíritu infinitamente lejos del reino de los cielos; es decir, que el que no vé a Dios, cuando abandona un planeta, no lo vé porque quiso; nadie lo obligó a negar; la extraña sensación de la negación salió de sí mismo; la prueba de la vida consistía en oponer resistencia mental, a tan extrañas sensaciones.-
Escribe: EL ALFA Y LA OMEGA
 


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EL SERVICIO ES UN IMPULSO INTRINSECO DEL ALMA, EXACTAMENTE COMO EL DESEO ES EL MOTOR DEL EGO " Arcangel Miguel...

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